Cinco cosas

lunes, 29 de enero de 2007

1.- Hace unas noches soñé que alguien me clavaba una daga en la espalda y yo caía, dormida, no muerta. Tiempo después abría los ojos y estaba rodeada por un charquito de sangre (pero yo no estaba en él, o sea, como si yo estuviera dentro de un círculo de sangre). Me levantaba (aún con la daga en la espalda) y me encontraba una palangana azul transparente, tapada. Entonces me acercaba y veía dos tortugas caminando en la palangana. De repente, escucho un ruido dentro del envase y me doy cuenta que mi celular está adentro. Intenté abrir el recipiente, pero no podía. Después de varios intentos lo hago y saco mi celular, era un mensaje. Sin embargo, no lo pude leer pues desperté.

2.- Esto lo escribí Lunes, 29 de enero del 2007, 3:42 am: Me siento maquiavélicamente bien. Pienso en lo absurdo de la situación y me agrada no doblegarme. Me agrada que, aunque me mate ser tan ensimismada y tener cierto aire prepotente, no necesito que la gente me subestime, ni dar lástima a propósito para ser una attention whore. Un brindis, por mí y otro para usted, que por lo que veo, sí lo necesita. Yo lo sé.

3.- You can have my isolation... You can have the hate that it brings / You can have my absence of faith... You can have my everything

4.- Inconspicuously es una gran palabra. Es tan eufónica.

5.- Cada que voy a un restaurante, necesito tocar la planta que está a un lado para saber si es falsa. A la mayoría de la gente la imagino como pequeños e inmundos muñecos, con rebaba por debajo de las ropas, ausentes de gracia, escasos de razón y carentes de sentimiento. No necesito hablar con ellos para comprobar esto. Diría que se mueven por instinto, como animales, pero sería lo equivalente a decir que están vivos, afirmar su existencia. No, así no es: Tienen esa sonrisa de fábrica, los ojos tatuados, las extremidades articuladas y se mueven mecánicamente, justo como el instructivo dice que deben trabajar. Robots con carne, tal vez. Pero cuidado, que la carne sin vida se pudre.

Elemento

viernes, 12 de enero de 2007

Aquí iba a ir un post demasiado personal.

De hecho era muy bonito todo, pero por una línea en un párrafo perdido, todo el post se convierte en algo infinitamente personal. Y sin esa línea, todo pierde sentido.

Después de decidir tajantemente no publicarlo, accedo a poner esta entrada recordándome que me censuro por mi propio bien.

Tenga usted un muy buen día.
Otros, en cambio, le estamos velando el sueño.
 
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