Escrito sobre la religión y sobre las personas

martes, 29 de enero de 2008

Voy en el metro y una persona me pide dinero. No me dice historias de que se le ha muerto un hijo y él está a punto de perder la pierna, sino que simplemente me dice "Señorita, ¿Tiene dos pesos que me regale?". Yo he pedido dinero con urgencia y de cierta manera, de cierta retorcidad manera, entendí que nada me costaba darle esos dos pesos, esperando los use con bien (como dice mi mamá: "te los doy pero no vayas a comprarte resistol"). De hecho saqué cinco pesos y se los di. Se fue y yo iba a seguir mi camino, pero s eme acerca y me dice "Que Dios la acompañe y la proteja" y se adentró en la jungla del centro histórico.

"Que Dios la acompañe y la proteja".

Hum. Lo malo de haber crecido en una familia donde los valores religiosos se imponen de una manera no muy válida en la infancia (onda "Cree en Dios" y tú preguntas "¿Pero por qué?") y en la adolescencia se impone de manera "haz lo que quieras", es que luego no entiendes muy bien el significado de "Que Dios la acompañe y la proteja".

Y mientras camino por un lugar muy solo, recuerdo una letanía que un maestro nos obligaba a decir antes de iniciar clases:

"Bendigo la atmósfera que está a mi alrededor. Nada ni nadie puede dañarme pues estamos bañados en Luz".

Implorar protección es algo rarísimo. Pero auto-sugestionarse de que existe ese espacio seguro es un fenómeno todavía más extraño, del cual siempre me he sentido ajena.

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Camino a mi escuela, me puse un poco melancólica. Recordé gente, lugares y muchos problemas actuales que me importaban, pero que ahora no sé cómo descifrar esa realidad. Ahora que estoy viendo las cosas de esta manera tan extraña -o eso creo- no sé qué decir o qué pensar, pero simplemente trato de recordar qué era todo lo que me rodeaba [y que ahora es inefable]. Olvidé lo que sentía, de repente ya no me importa.

Recuerdo a Modest Mouse, con su canción People As Places As People (And the people you loved But you didn't quite know / And they're the places that you wanted to go) y de cierta manera, de cierta retorcida manera, me doy cuenta de que las cosas cambian para poder seguir siendo las mismas. Las personas cambian pero no tengo muy claro para qué. Tampoco tengo claro el miedo que "sufre" (?) la gente o el individuo que permite la destrucción (o, peor, la auto-destrucción) para que las cosas sigan igual. Me incluyo.

ZeroZeroZeroZero

martes, 8 de enero de 2008



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