Llegué a casa y mi tía me preparó un rico pollito en adobo, por lo que creo que Dios existe por ponerme en una familia que me reciba con un pollito en adobo. A las 3pm me dormí y cuando desperté, descubrí con horror que eran las 5 y que ya era muy tarde para mi terapia. Llegué corriendo y, claro, mi doctora me preguntó qué me había pasado, por lo que resolví en llorar y decirle que no tengo idea de qué me está pasando. Últimamente creo que me he estado presionando por tantas cosas, que cada día estoy perdiendo la noción de las mismas.
Hace poco vi una película que se llama Insidious. Me gustó mucho porque tiene este tema que me interesa mucho: viajar en los sueños. Es un tema raro. Estos días he tenido sueños muy raros, algunos donde despierto con sudor frío y otros donde de plano me levanto de la cama y corro a prender la luz, para después nada más sentirme un poco tonta por hacer eso. Uno de los sueños que tuve era muy al estilo de Ojos Bien Cerrados de Kubrick. Se supone el sueño empezaba conmigo en un coche y yo miraba fijamente el camino. Después de un larguísimo rato, me bajan del coche y me reciben dos tipos con máscaras, uno con una de payaso y el otro con una de caballo. Me sientan en una fiesta y me doy cuenta de que me empieza a sangrar el vientre. Después de paniquearme un rato, despierto en un cuarto donde está mi mamá. Ella me dice que cómo me encuentro y le digo que un poco mejor, que estoy bien. Ella me dice que no puede darme dinero por el momento porque es peligroso, "por esa gente". En eso se van las luces y estoy de regreso en la fiesta, sentada. Se escucha una canción de Björk y una persona se pasea por los invitados y pienso "no me toques". Claro que la persona empieza a tocarme de una manera muy libidinosa y yo resuelvo en levantar las manos y le araño la cara, gritándole que la odio. Se prenden las luces y veo que es una muchacha vestida de naranja y empieza a gritar que me saquen de esta elegante fiesta. Me levanto y voy apurada al coche hasta que llega el hombre de la máscara de caballo y me pega en la cara. Me despierto con mucho miedo y sólo se me ocurre prender la televisión. Volví a dormir un poco más tarde.
Y en fin, así han sido mis sueños últimamente. En Insidious, como decía, hay una parte donde el papá tiene que buscar al niño en una especie de mundo onírico-diabólico y al encontrarlo, hay otro problema: hay que regresar al mundo real. Es una cuestión muy bella y siento que me pasa algo así, no sé si con lo onírico, pero siento que me alejo un poco de quien soy, o al menos de lo que creo ser. Es más o menos como esto que dice Wittgenstein:
Hay un espacio mental en el que al dormir se puede viajar más o menos lejos y al despertar se produce un regreso desde mayor o menor distancia.
Siento que lo entiendo. Estoy despertando muy lejos.