Este post lo guardé un 1 /10 / 2008 y nunca lo terminé.

martes, 4 de agosto de 2009

Del recuerdo se puede decir muchas cosas. Se puede definir como una esfera vivencial pasada pero por medio de las ideas está presente, gracias a la memoria. Se puede tomar como un regreso imaginario, una imagen poética, lo que sea. Lo que mejor se puede decir del recuerdo es que lo más importante es lo que evoca. Ejemplo: Con quién lo viviste, en qué tiempos, qué cosas lo rodeaban. El recuerdo es lo que hace a un sujeto (aunque, no es un factor definitivo, pues el sujeto siempre se renueva, aunque a veces sienta una especie de "estancamiento").

Los problemas que abarca el fenómeno del recuerdo.

a) Cuando el sujeto trata de olvidar su pasado, todo recuerdo, pues básicamente lo que trata de olvidar es a él mismo en otro espacio y en otro tiempo.

b) También encontramos la llamada "añoranza" que es el apego fuerte por un mismo recuerdo. Ese mismo apego puede ser perjudicial para el individuo, pues lo puede colocar en la pendiente de no saber si su presente vale, por lo menos, dos carajos.

¿Existe la valorización para esto llamado "el recuerdo"?

La única persona que valora dichas cosas es el sujeto mismo, así que, hipotéticamente, el recuerdo sólo puede ser equilibrado por la persona que lo atesora o lo aborrece. ¿Hasta qué punto 'el otro' puede valorar esos mismo recuerdos? El primer despecho, el primer beso, el primer sentimiento de odio/amor/miedo a alguien (entre otras pasiones y emociones).

Lo que el recuerdo engloba es parte del mundo del individuo. Un estudio interesante sería ver cómo las personas reaccionan a la hora de recordar estos momentos. Sonreir, desviar la mirada, indiferencia o, para mi una de las peores cosas, decepción.

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El otro día fui a ver una película. Pasaron al protagonista en una situación bastante similar a una que yo pasé (proyección) y, como debió ser, recordé el momento en que yo lo viví. Recuerdo cierto momento en que yo, ciega, dije algo de lo cual yo era libre de decir, pero que -seña de decepción- estaba demás. Eso me lleva a recordar otras situaciones que me hacen tomar una segunda conciencia de las cosas y, aún así, evado todo, pongo la mente en blanco y regreso a la película.

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La cadena de recuerdos también es parte del ser humano. La posibilidad de dar vínculos a su recuerdo no sólo engloba un intento por universalizar todo lo que él "ha sido" sino que implica la fluidez con que las imágenes son llevadas a la memoria, produciendo el recuerdo.
Ahora bien, ¿Se puede hablar de un equilibrio entre lo bueno y lo malo, en esto del recuerdo? No lo creo. Así como dos errores no hacen un acierto, cien recuerdos buenos, no quitan uno malo. Puede que sea injusto, pero por lo común los recuerdos malos suelen envenenar más que los buenos (estos últimos, a mi parecer, envenenan la voluntad). El "recuerdo malo" pesa más que el bueno, por el siemple hecho de que puede funcionar como un detonante para terminar con un presente o, bien, revivir un "pasado" (que, como se puede cuestionar ¿Qué tanto permanece en el pasado?).

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Dios me perdone de querer sistematizar todas estas estupideces.

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