Sábado/frío/té de fresa y vainilla

sábado, 9 de enero de 2010

Porque confusión no debería existir. El sentimiento de la duda, de la incertidumbre. La prueba de lo humano, de la conciencia, de que el árbol y la noche cambian. De que las nubes no son un error, Hegel. Pensar en todo lo malo que puede pasar, como si fueras el ingeniero civil de tu vida y tuvieras que calcular cuántos muertos habrá en la construcción. Pensar en las cosas buenas que pueden pasar, como si fuera un niño que leera el primer libro de su vida. Escribir, sentir algo, como si todo estuviera bien. Y quizás lo está. El sentimiento de que todo está en su correcto lugar. Pero el ingeniero civil, la Elsilla que lee su primer libro, con la ingenuidad de pensar que no hay libros malos en el mundo, mucho menos personas. Pero hay libros malos y hay personas malas. Hay libros que mienten, pero ellos pueden hacerlo, son construcciones, maleabilidad de mundos por el lenguaje. Hay personas que mienten, pero no se sabe bien por qué. Hay libros que amas y hay personas que también amas. Hay cuentos que te enamoran, hay una persona que hace cuentos que me enamoran. Hay un cielo y hay ideales. Hay personas y hay amor. Existen miradas, el roce de la mano. Hay besos en los libros y en mis labios. Pelo en los ojos, en los hombros. El calcetín perdido. La vida es el tiempo, la conciencia de que morimos. Como cuando Robinson Crouseau sabe cuánto lleva en la isla. La conciencia del tiempo, que es vida: un veneno.

1 comentarios:

Danny Morales dijo...

hoy sí que estuvo raro tu post
la verdad... no lo entendí =S
o talvez sea por la hora...
si me acuerdo, paso de día cuando mi cerebro funcione xD
saludoxxx

 
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