¡Que falta que me hacés!

miércoles, 8 de junio de 2005

Recuerdo cuando bajaba las escaleras y veía un poster con una mujer desnuda en el suelo, llevaba una bufanda de plumas negras y, en la entrepierna, un hombre la veía.

Recuerdo la imagen.

Recuerdo a la ausencia de algo...

Y me acuerdo de las letras en la cadera de aquella mujer.



¡Que falta que me hacés!

3 comentarios:

Alberto Espejel Sánchez dijo...

música, clandestinidad, marlboros azules, desadaptación, rareza, honestidad... yo no creo que algo he haga falta, solo que ¿por qué tocas tibiamente la poesía? Se ve que podrías escribir mucho más, aunque he de decirte que imágenes como las de éste texto y la forma en que lo estructuras posee las finas hebras de la escritura poética... ahora que lo pienso, tal vez es bueno que no escribas tantos poemas como tu manera de escibir promete, eso ayuda a entender que lo poético está más allá del poema, que finalmente a la escritura propia se le aborda estequiométricamente, estudiando, como en un laboratorio, las reacciones y posibilidades dentro de los textos, en este caso, tú intuyes / ofreces poesía sin necesidad de poemas, bla bla bla bla...

-albertoespejel.blogspot-

Octopus Queque dijo...

Pues siempre trato de que los textos tengan un toque de algo, no dejarlos como una nota en un post-it o algo así jaja. Lo de la música, pues va de la mano, con lo del cello y la mandolina pues ya ves jaja y lo de los marlboro..qué decir de eso! =D Muchas gracias por tu visita, espero vuelvas pronto ^^

Anónimo dijo...

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