Quien calla en el hablar uno con otro puede "dar a entender", es decir, forjar la comprensión, mucho mejor que aquél a quien no le faltan palabras (das heibst das Verständnis ausbilden, als er, dem das Wort nicht ausghest). El decir muchas cosas sobre algo, no garantiza lo más mínimo que se haga avanzar la comprensión (Heidegger, SZ, 183 [218]).
Hace mucho tiempo estuve platicando con una persona. La veía hablar y hablar. Sólo hablar. Cosas muy superficiales, cosas bastante aburridas. Yo sólo me dedicaba a oír.
Y entonces, me imaginé huyendo. Me imaginé corriendo, no volver a saber de esa persona. Me imaginé libre de cargas, libre de molestias. Ultimamente tengo muy presente esa imagen: Huir es una imagen muy bonita, muy poética.
Le platiqué eso a un amigo y me dijo que eso es muy egoísta (el hecho de huir sólo por eliminar una carga). Y luego...
Pienso. En vez de huir, eliminar. Qué fácil ha de ser poder actuar con uno mismo como la mafia: lo que te estorba, lo que te molesta, lo que sabes que está esperando por darte un golpe por la espalda, eliminarlo tú primero.
Y vuelvo a pensar: no vale la pena. Nada vale tanto la pena. It used to worth it. Not anymore.
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Ser una persona más dura conmigo misma. Quitar lo que me estorba, lo que me asfixia. El problema es cómo saber qué provoca todo eso. En fin, la gente que no habla mucho, en su silencio, contiene más revoluciones que el mejor demagogo, el mejor poeta, el peor amante.
Wittgenstein: Me parece que aquí pierdo el tiempo inútilmente.
***
Pero bueno, me callo. Hermenéutica: Pienso que Job se tapó la boca, no por no tener respuesta a Yahvé, sino por saber que cualquier respuesta que él hubiera dado, el asco por ese Dios que jugó con él, no se le hubiera quitado. Y bueno, yo, por mi parte, también me tapo la boca.
3 Entonces respondió Job a Yahvé y dijo:
4 "Yo soy vil, ¿qué te responderé?
¡Me tapo la boca con la mano!
5 Una vez hablé, mas no replicaré más;
aun dos veces, mas no volveré a hablar".
6 comentarios:
hay que aplcar la de séneca, no sabemos cuanto tiempo tenems de vida y hay que aprovecharlo, o hay que desperdiciarlo dándoselo a otros que, ni siquiera valen la pena.
apoyo lo de la mafiosidad.
sí. la comunicación es alguien muy callada; cuando falta la comunicación, la verborrea es ley.
quiero matar a medio mundo
bueno, no, pero sí a varios gentos
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Elsa, No sé... Qué paso con este Blog? ¿Por qué tan formal, tan pálido, tan pardo, tan escuestre? Me recuerda una esena de bosque, ¿caminos del bosque? Tengo miedo que al leer me salga uno de eso faunos tan de moda ahorita. NO. Doy un imperativo no a esa (esta) nueva imágen del Blog (resulta claro que cualquier comentario mio no resultaré de ningún efecto, sobre todo, porque parece que todos se encuentran muy cómodos en él, y que los cambios sucedieron hace tanto... que mal eso de no tener banda ancha en casa.
Hay silencios elocuentes, recuerdo el de Juan Rulfo con Juan Carlos Onetti. O mejor Elsa, también el ejemplo es bíblico. El silencio de Abraham ante dios e Isak. Tres días de silencio, sólo palabras simples, utilitarias, ¿qué comeremos? ¿qué sacrificaremos si no llevamos nada que sacrificar? (parafraseo)pregunta Isak. Tal vez ese odio de Abraham ante el dios que quita o no, o pura mística. Aurebach dice que en ese pasaje de escasos tres párrafos, hay más intensidad dramática que en toda la literatura griega clásica junta. Pienso en el silencio de las mismas palabras, esta que escribo y las que tu escribes, el acto de leer en silencio y sólo. El acto de leer en silencio y "solo" en el metro, en el micro, en el avión (¿en bici? eso sólo lo hace Cantinflas). El silencio de masa que describe Helena a Príamo. El silencio de Heidegger ante el nazismo, el silencio de Rulfo despues de Pedro Páramo, el silencio de los policias al final de Truman Show, mira, Nietszche y el silencio de dios o la muerte de éste, la noche del mundo, al parecer un verso Hölderlin. Mejor me regreso a mi blog y ya no lleno el tuyo con tanta palabrería, mira escribí tanto que ya no dije nada.
Un beso Elsa.
A mi me gusta como se ve tu blog.
Y sobre todo lo que escribes.
Apoyo lo de irse corriendo. Yo corro todo el tiempo, para mí melodrama y lepra vienen a ser sinónimos.
Gracias a Gmail, también puedo entrever los contenidos de mis correos, si lo que llega no va a ser agradable o de menos neutro, ni los leo, ¿para qué?
Correr y borrar son acciones válidas de defensa, es por salud mental (y porque no hay tiempo qu perder). Ser fugaces...
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