Baruch Spinoza - Tratado De La Reforma Del Entendimiento

lunes, 5 de noviembre de 2007

Innumerables, en fin, son los ejemplos de aquellos que han apresurado su muerte por el exceso de placer. Por lo demás, esos males parecían provenir de que toda nuestra felicidad o infelicidad reside en un sólo punto: ¿A qué clase de objeto estamos apegados por el amor? En efecto, lo que no se ama no engendra nunca disputa; no estaremos tristes si se pierde, ni sentiremos envidia si cae en posesión de otro; ni temor, ni odio, en una palabra, ninguna conmoción del alma.

4 comentarios:

sirako dijo...

vientos, voy a dejar de amarlo todo. sólo trae conflictos... ahora todo cobra sentido.

Dark Light dijo...

Wow, ahora si me dejaste pensando, y muuuuucho...

Octopus Queque dijo...

Jajaja pues no es que dejen de amar, muchachos. Llegan otros problemas a partir de esto, como la reciprocidad, la dependencia (bueno, todas las variables del amor [eros, gnomos, ágape y filia]), etc. Y Spinoza propone que en lugar de amar nimiedades finitas, amemos a lo Infinito, Dios (Como sustancia Divina, modernoooos), pero, en sí, lo que me llama la atención, es el manejo del término amor, como una conmoción del alma y, si no hay, no es nada. Es como poético. O no sé.

Idalia dijo...

Oh, Dios, es lo más lúcido que he leído en lo que va del año. Me encanta.

 
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