Don't give up your lover tonight

lunes, 20 de diciembre de 2010

Frivolidades I

martes, 16 de noviembre de 2010

Estas manías que no se quitan tan fácil, todo eso que llevamos arrastrando. Como si hubiéramos estado mucho tiempo en el mar y no podemos salir por las algas que se entrelazan con nuestros tobillos. Así -me gusta pensar- es el pasado: eso que nos mantiene en el mar, agarrándonos del tobillo, del torso, de las manos. Del cuello.

**

El faro. lejano, llegas a él. 
Y los que menos esperas,
ellos  son los que lo vuelven a apagar. 

No lo vemos claro, casi nunca

lunes, 1 de noviembre de 2010

Se acabó octubre. Empiezo noviembre con un desayuno rico, una calaverita de chocolate y una clase de pin pon. Empiezo con este nuevo rush, este feeling y muchas cosas que en español suenan muy adolescentes; no que en inglés suenen maduras, pero son extranjeras. Son outsiders de esta lengua.

Cosas Superficiales / colores

lunes, 13 de septiembre de 2010

1.- Me compré un abrigo. Fui disparada a la tienda pensando que me compraría una chamarra que tiene el cierre al lado derecho y que se veía coquetísimo. Entré y ya no estaba esa prenda. Pregunté a una de las chicas si podían preguntar si estaría por ahí esa chamarra y me dijo que lo iba a chequear. Recorrí la tienda y ahí estaba, este abrigo negro, con los hombros bombachos y largo. Me encantan los abrigos. Lo tomé, me lo probé y el primerito que tomé me quedó. Lo abroché, hice un moñito con la cinta y lo amé inmediatamente. Había otros color café, moka, rojo y este, negro brillante. De curiosidad me probé el rojo y no, es un color prohibido para mi, a menos que sea carmín. Y es que pasa el tiempo y te conoces, ¿No? Yo, por ejemplo, estoy segura que el morado y el turquesa me van bien. Del morado me lo han dicho muchísimas personas, el turquesa es mi segundo color favorito, así que me lo adjudico. La chica regresó diciendo que la chamarra ya no la tendrían sino hasta la siguiente semana y le dije que no importaba. El abrigo era tan bonito. La tela, la caída no era tosca como sucede con otros abrigos. Lo compré y fui feliz.

2.- Me sobró dinero. Pasé a otra tienda y me compré un suéter estilo César Costa en Papá soltero. La paleta de colores es hermosa: café, rosa y beige. Son colores muy femeninos, si me preguntas. Me lo probé y también fue amor a primera vista. Y, oh sí, qué sorpresa: el precio justo. Estas cosas pasan y me hacen feliz.

3.- Hoy me puse una falda negra larga. Tiene años que no la usaba, pues ya la daba por perdida. Ordené mi cuarto de pies a cabeza y ahí estaba, perdida en el clóset. Los olanes volando, con mucha gracia. Soy una mujer tan superficial, que lo mejor que puedo hacer al respecto es disfrutarlo.

Breve pensamiento sobre la muerte III

martes, 27 de julio de 2010

Si le tengo miedo a la muerte, es por una razón muy idiota. Todos tenemos algún miedo que no necesariamente encuentra su origen en un trauma, sino en algo idiota. Mi mayor miedo -las cucarachas- también pertenecen al gremio de los miedos con razones absurdas o que simplemente están ahí, pululando (como ellas). Mi mamá jamás me encerró en la cocina con millones de ellas ni mi papá me perseguía por toda la casa con una en la mano para meterla en mi pulóver (qué palabra tan hermosa). Simplemente un día, en mi cuarto encontré una y empecé a sudar frío, una taquicardia y no podía moverme: era demasiado tarde para huir. Y bueno, como decía, el miedo a la muerte viene por esto: cuando era pequeña y veía el funeral de mi abuelo, me pregunté "¿Qué tal, si por azares del destino (el destino, ese joputa), él recobra la consciencia y se encuentra en un ataud, esperando a morir asfixiado?" Esto, por supuesto, peca de ingenuo y -hago énfasis en lo antes dicho- idiota, porque es imposible que un cadáver recobre un segundo de consciencia, más si está lleno de pelusa y formol. Sin embargo, por más que recuerdo la pelusa y el formol, esa idea que tuve de joven jamás se me quito. Esta idea, a su vez, evolucionó con algo que llamo "el último sufrimiento". Y me pongo a pensar que antes de morir, hay un dejo de sufrimiento ineludible. Aún cuando mueras en la cama rodeado de tus seres queridos, sentir que el corazón se va deteniendo es sufrir. El momento antes de cortarte la cabeza, el segundo antes de que la tostadora conectada caiga en la bañera, el nanosegundo antes de que la bala entre a tu pecho directo al corazón: es ese momento el que me aterra. Y me aterra que, si he sido cuerpo tanto tiempo y muy poco alma, el estar en un féretro me da pavor, porque sólo lo puedo pensar como cuerpo-vivo. ¿Que me cremen? Vi por ahí (en un corto de Hertzfeld) que cuando te queman te explota la cabeza. Me produce pavor, aunque sé que ese ya es sólo un cadáver, lo pienso desde mi yo, carne viva, cuerpo / alma (o como quieras decirle a este motor que me hace escribir esto).

Por otra parte, el otro día vi esto. Ataudes Verticales. También me malviajó un poco.

La Memoria, Magritte.

viernes, 18 de junio de 2010

Dos sueños Dos

miércoles, 9 de junio de 2010

Tuve dos sueños. Uno de ellos nefastito, el otro fue hermoso. Del primero desperté muy mal, con taquicardia y con ganas de no volver a dormir. Del segundo desperté fascinada, con ganas de no levantarme. El primero, hasta eso, más que miedo me provocó una pereza profunda. El segundo me provocó una euforia desenfrenada. En el primero yo permanecía encerrada. En el segundo volaba. El primero, creo que lo he vivido. El segundo, espero que pase. Pronto.

Esas pequeñas trazas de luz y nuez que luego tiene la vida

lunes, 17 de mayo de 2010

Cambios se acercan.
Dejaré el museo, regreso a la tesis y a la música.
Aprenderé a tejer con Idalia :)

Hace tiempo hice una lista, de todo lo que me gustaría hacer. Lo encabeza titularme, por supuesto. Luego sigue aprender a tejer, a bailar, a andar en tacones.

Leo la lista y veo que al menos sí he hecho algunas cosas. Ya aprendí a andar en bici, sólo me falta frenar para no atropellar perritos. He arreglado mi cuarto; tiré muchas cosas a la basura y me sentí muy bien de hacerlo. He tomado muchas fotos con mi Holga, mi Diana y mi nueva Smena :) Vi muchas series, todavía no veo de pi a pa la de The Office, pero vi en menos de tres semanas la de Six Feet under, la mejor serie del mundo entero.
Ahora no puedo comer litro y medio de helado para crisis. Pero creo que todo esto equivale a, al menos, un litro. Y de helado cookies n'cream.

¡Tómala!

Tú tomaste el veneno.

jueves, 22 de abril de 2010

A mi me gusta mi azúcar con café y crema.

Es lo que queda.

lunes, 12 de abril de 2010



I miss you all the time
though you sit next to me
I hope you feel just fine
wherever you may be
whatever's in your way

(I pray for you
for your return
in me you will forever burn)

[Kashmir. Qué bueno tenerte en mi vida otra vez].

La Femme Parallel

viernes, 26 de marzo de 2010

1.- Cansancio extremo. No duermo bien. Me estoy enfermando de la garganta. ughgughgghughgugh.

2.- Cólicos, son bienvenidos.

3.- Sólo pido comunicación. ¿No era la generación de eso? ¿De comunicarse? ¿La generación del agua embotellada?

3.1.-


4.- Sábado de terapia. Me gusta. Soul Rehab.

5.- Muchísima gente.

6.- "Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise" (Neruda).

7.- Mi familia pregunta por ti.

7.1.- El corazón lacerado también.

Breve pensamiento sobre la muerte II

miércoles, 24 de marzo de 2010

El halo que deja la muerte es siempre tan extraño. No puedo dejar de pensar el día que deje de ser ajeno. ¿Cómo salir de ahí? Tampoco sé por qué me ronda tanto esta idea en la cabeza. Supongo que por esta idea de lo repentino. Todo puede ser tan repentino en este mundo. El día en que la sangre clame desde la tierra.

La mort

martes, 16 de marzo de 2010

Breve pensamiento sobre la muerte I

lunes, 15 de marzo de 2010

No entiendo la muerte. Lo que entiendo es que es inminente, natural, siempre ocurre. Pero no entiendo el proceso. No entiendo el irse, no entiendo la ausencia. No entiendo cómo la gente puede sobrevivir la ausencia de algo así. ¿Cómo lidias con una ausencia tan marcada como la que deja la muerte? No lo entiendo. No entiendo el aferrarse a algo tan finito. Acostumbrarte a ver menos personas, a una cama vacía, a un recuerdo extraviado. Y aunque es muy ajeno a mi lo que pasó, no puedo evitar sentir que un día me tocará lidiar con todo eso. Con recordar la ausencia, acostumbrarte a ella. Trato de hablar con alguien, pero todos me dicen lo mismo, que es natural, que es inminente. Yo entiendo todo eso, no soy tan ingenua. ¿Pero como sobrevives la ausencia? ¿Cómo lo aceptas? ¿Te tienes que acostumbrar? Mi madre, mis amigas. Otra persona que pensé me ayudaría, ausente. Mucha ausencia. Y me queda esta proyección de que algún día yo tendré que lidiar con eso y no creo ser tan fuerte. La vida es una costumbre, probablemente también la muerte lo sea.

De esto se trata

lunes, 8 de marzo de 2010

Porque entonces la gente piensa que siempre tiene un derecho. Tiene derecho a hablar de ti, de preguntarte por qué, que por qué dejas que las cosas sean así o por qué evitas que sean de otra manera.

Lo cierto es que la gente no sabe nada. Absolutamente nada.

Esas cosas que no sabías

lunes, 22 de febrero de 2010

El día de hoy presencié algo así como un accidente. No hubo heridos graves ni nada, pero el stress fue demasiado y toda la espalda se me hizo bolita. Y por estos accidentes te das cuenta de lo frágil que es todo, ¿No? Creo que ultimamente estoy generando un miedo a la muerte y cualquier acercamiento a ella me aterra. Proust decía que la vida es algo que aprieta demasiado. Tal vez, no sé, es una cuerda a la que nos aferramos. El miedo a la muerte, el colmo de lo irracional. Y uno siempre muere solo, lo leí en K. Dick, lo vi en Donnie Darko, lo entiendo en la vida. Creo.

Posibilidades

domingo, 21 de febrero de 2010

La posibilidad de sentirse mal, tan fácil caer ahí. Porque después de todo la gente puede ser capaz de todo y yo también, por qué no. Porque tal vez ni existe la tristeza hormonal, como le llaman, sino que simplemente es un crecimiento de lo que ya llevas arrastrando, es una posibilidad. Que lo contrario lo diga un tipo con bata, no lo hace un axioma. La posibilidad de desconfiar, de saber que hasta la persona que jura con la mano en el corazón puede estar con la otra mano atrás con una seña obscena. Todo es posible, lo sé porque también he sido de esas personas capaces de todo. Huir al mar. Si no lo tienes, huir al vacío.

Maldita sea.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Me encanta tanto este poema que me hace maldecir.


Somewhere I have never travelled
e.e. Cummings.

omewhere I have never travelled, gladly beyond
any experience, your eyes have their silence:
in your most frail gesture are things which enclose me,
or which I cannot touch because they are too near

Your slightest look easily will unclose me
though I have closed myself as fingers,
you open always petal by petal myself as Spring opens
(touching skilfully, mysteriously) her first rose

Or if your wish be to close me, I and
my life will shut very beautifully, suddenly,
as when the heart of this flower imagines
the snow carefully everywhere descending;

Nothing which we are to perceive in this world equals
the power of your intense fragility: whose texture
compels me with the colour of its countries,
rendering death and forever with each breathing

(I do not know what it is about you that closes
and opens; only something in me understands
the voice of your eyes is deeper than all roses)
nobody, not even the rain, has such small hands

This just feels like Spinning Plates

sábado, 30 de enero de 2010

Etílico es una de esas palabras que no me sorprenden

domingo, 24 de enero de 2010

Estoy un poco ebria. Decidí tomar demasiado porque era hora y sentí que debía, después de que el viernes fue un día horrible. Después de platicar, bailar danzón y discutir Heidegger, me di cuenta de algunas cosas:

1.- Estoy muy enamorada. Sí, pues. Si vamos a aceptar la realidad, es que estoy muy enamorada. Es una condición humana. Siento en la espalda de mi espíritu eso que Sócrates describió como el nacimiento de las alas cuando se ve al ser amado; siento esa comezón como cuando te sale una muela. Estoy muy enamorada y si lo peor está por venir, el mundo no me puede reclamar que jamás me enamoré incondicionalmente y que di todo lo que tenía para mantener ese amor. Ya si lo peor-peor sucede, Sócrates no me puede reclamar, sólo lo haría Baumann y me diría "Te lo dije". Pero así son los sociólogos.

2.-Mi mamá planea hacer algo. Lo planea, lo hemos discutido en familia y estoy casi casi al borde de la felicidad. Si lo legal lo permite, creo que seré más feliz.

3.- Me gusta mi trabajo. Pues sí, ojalá dure mucho.

4.- Es el todo y no la nada, porque para todos nos es más fácil eso de la satisfacción por tener todo que la satisfacción de tener nada (y ser feliz).

Y ya. Estoy ebria. Nada tiene sentido. Pronto: borrar este post y escribir algo más jocoso.

Carpe Diem.

A Time To Be So Small

viernes, 22 de enero de 2010

Tuve un mal día. Todo se me juntó y aunque salí ilesa y pude resolverlo todo, no pude evitar sentirme encasillada y liberada. Es una sensación rara, como si pudieras tener todo el control del mundo sobre los problemas que tienes pero decides consumirte en ira de manera terrible, como si fuera necesario aunque sea estúpido. Un amigo casi me ve llorar de coraje, pero le dije que mejor me iba a mi casa a comer. Muchísimo trabajo, perdí la posibilidad de tener algo súper (oh sí, el materialismo que no tienes), un viaje innecesario con el sol en la cara y sentada junto a un mara salvatrucha. Luego me enojé más y tiré mierda a diestra y siniestra. Llegué a casa y me dio resfriado. Intenté dormir y no pude. Ya después también me di cuenta de que no he hablado con uno de mis mejores amigos por 9 meses. Ya en la noche lloré tantito escuchando Interpol porque de plano me llegó (oye, el Antics es grande). Después de relajarme y después de un sushi riquísimo, me di cuenta de que nada es para tanto. Sí, hace tiempo que no me sentía tan engentada, pero salí ilesa, ¿No? Nadie se quejó y hasta personas me felicitaron. Sí, no tuve ese objeto de adoración material, pero bah, nada que no pueda conseguir con una ida al centro. ¿Un viaje innecesario? Ese tal vez sí estuvo medio feo porque el chofer era como fanático de Paul Van Dyke y pensó que sería bueno que todos lo escucháramos a todo volumen. Pero hey, tuve una paleta de coco con chocolate. Algo me dice que mi amigo regresará y volveremos a comer hamburguesas y hacer comentarios sobre la vida artística de Fey. Viene Muse a México y no sé si él está al extremo de la emoción saltando sobre su cama, como cuando se enteró que ese grupo vendría hace 2 años. Este año no iré a verlos. Y lo demás, bueno, no negaré de mi ingenuidad, pero todo se lo debo a la institución de la promesa. Porque si todo está bien, todo está bien, ¿No? Mi mamá hizo su deber-como-mamá y me apapachó y me dijo que todo está bien, que trabajo siempre habrá, que las cosas nimias siempre se comprarán y que el amor es raro e inconstante. Le llamamos a mi tia, quien me dijo que traerá un enrollado de chocolate de Guerrero, mi pan favorito. Leí en Bullet Park de Cheever que lo puro siempre empieza por lo limpio, así que accederé a arreglar mi cuarto, como si con eso evitaré el hecho de llenarme de stress una vez más. Y como siempre voy a esperar a que el día acabe, estoy ansiosa. Me quedaré en esta sillita, esperando a que el día acabe, esperando otro día de trabajo, más cosas súper que hagan cosas chéveres (y que pueda comprar), el amor (aunque sea raro e inconstante), chistes sobre Fey y un enrollado de chocolate de Guerrero.

El Ladrón De Chicles, Douglas Coupland

lunes, 11 de enero de 2010

La cuestión -continuó ella- es que sólo cambiaste un poco y sólo por una temporada. Te faltó el coraje para llevar a cabo la promesa criminal de tu adolescencia. Estabas demasiado loco como para convertirte en una buena persona. Te preguntas que por qué te miro con esta cara; bueno, pues ya puedes imaginarte el porqué.

Sábado/frío/té de fresa y vainilla

sábado, 9 de enero de 2010

Porque confusión no debería existir. El sentimiento de la duda, de la incertidumbre. La prueba de lo humano, de la conciencia, de que el árbol y la noche cambian. De que las nubes no son un error, Hegel. Pensar en todo lo malo que puede pasar, como si fueras el ingeniero civil de tu vida y tuvieras que calcular cuántos muertos habrá en la construcción. Pensar en las cosas buenas que pueden pasar, como si fuera un niño que leera el primer libro de su vida. Escribir, sentir algo, como si todo estuviera bien. Y quizás lo está. El sentimiento de que todo está en su correcto lugar. Pero el ingeniero civil, la Elsilla que lee su primer libro, con la ingenuidad de pensar que no hay libros malos en el mundo, mucho menos personas. Pero hay libros malos y hay personas malas. Hay libros que mienten, pero ellos pueden hacerlo, son construcciones, maleabilidad de mundos por el lenguaje. Hay personas que mienten, pero no se sabe bien por qué. Hay libros que amas y hay personas que también amas. Hay cuentos que te enamoran, hay una persona que hace cuentos que me enamoran. Hay un cielo y hay ideales. Hay personas y hay amor. Existen miradas, el roce de la mano. Hay besos en los libros y en mis labios. Pelo en los ojos, en los hombros. El calcetín perdido. La vida es el tiempo, la conciencia de que morimos. Como cuando Robinson Crouseau sabe cuánto lleva en la isla. La conciencia del tiempo, que es vida: un veneno.

Lo que todos ya sabemos I

martes, 5 de enero de 2010

Estaba limpiando mi cuarto y me encuentro un recorte de una revista. En el recorte hay un cuadro de Gustavo Abascal. Se ven unas manos, como si fuera un hombre sentado con ellas en su rodilla, como quien toma el café de las 5 de la tarde. A un lado dice "I hate these words: We need to talk". Y claro que sí. Sentado, con las manos en la rodilla. Es la pose del tenemos-qué-hablar. Después de esas palabras casi nada bueno sale. O son mentiras o son verdades. Es relativo. Y hace tiempo que esa frase no me sonaba tanto, hasta que encontré el recorte tirado atrás de una caja. Es que si usted viviera aquí, ya estaría en casa y tal vez, sólo tal vez, no necesitaría hablar.
 
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